Carta a Sofía
- Severa Flor
- 24 ago 2020
- 2 Min. de lectura

Ilustración: Angélica Álvarez
Nadie quiere revivir todo lo negativo que ha tenido que pasar. Sin embargo, hablar de la violencia, acoso o abuso sexual es importante, porque buscamos una forma de reconstruirnos. Duele, pero ayuda a avanzar y cerrar un ciclo.
Esto va más allá de interponer una denuncia; se trata de convivir con todos los fantasmas que me acechan día a día: los recuerdos. Me he sentido sola, muy sola… mucho más cuando recuerdo cada uno de los episodios que durante mi infancia y adolescencia pasé: cargué con el ‘Silencio’. 1 Recuerdo cada acto, cada hombre que tocó, abusó y violentó mi cuerpo. Me da rabia, aunque algo muy adentro me dice: “está bien”, “ya pasó”, “no debes sentirte así”.
Lo que me pasó, nunca se borrará, quedará conmigo toda la vida pero soy yo quién decide qué hacer con eso. Ya no quiero sentirme ahogada con palabras no dichas; callar no es una opción, es una forma de negar, borrar, normalizar e invisibilizar lo que pasó y, sé que decirlo lo hace real.
Prefiero enfrentarme a cada recuerdo, a cada acción, transformarlos en voz y en mano para quienes no las tienen y necesitan y hacer del ‘Silencio’2, Los chicles’3, y las ‘Acusaciones delicadas’4, palabras de aliento y alerta para que esto no lo tenga que vivir ninguna otra ‘Sofía’.
En Colombia, entre enero y mayo de 2020 se han practicado 7544 exámenes médicos legales por presunto abuso sexual. Ante el menor índice de maltrato o intento de abuso, puedes comunicarte al 155 a nivel nacional o a la 'Línea púrpura Distrital' en Bogotá 018000112137. Las líneas son gratuitas y están abiertas las 24 horas. "¡Vivas nos queremos!"
1 . Texto Silencio.
2. Texto Silencio.
3. Texto Silencio : Capítulo 2 Ocho años, dos chicles.
4. Texto Silencio: Capítulo 4 Quince años, “Es una acusación muy delicada”.
Por Brianna Márquez Cordero
Comentarios